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La carbonara

Salsa carbonara

Si hay una salsa italiana mundialmente conocida es la carbonara. Su origen se ubica en Roma y el nombre tiene varias hipótesis, pues la palabra carbonara proviene  de carbone, que en italiano significa carbón.

La receta de esta deliciosa salsa apareció por primera en el año 1839 en el libro  titulado: Cucina teorico-pratica y desde entonces se popularizó encantando el paladar de todo el mundo. ¿Quién se puede resistir al envolvente olor de esta rica salsa?

Variaciones de la carbonara

La carbonara originalmente llevaba huevo,  queso pecorino romano y parmesano, guanciale y pimienta negra.

Tradicionalmente se combinaba con espaguetis, aunque también se le agregaba  al fettuccine, rigatoni y bucatini.

Con  los años,  fueron enriqueciéndola y agregando otros ingredientes como la crema de leche, muy común en la versión española.

También le agregaron el ajo, y el  tocino sustituyó el guanciale,   mientras que el aceite virgen extra se cambió por la mantequilla en algunos sitios.

¿Cómo prepararla?

Con los ingredientes originales o agregándole los nuevos, la carbonara es una delicia, así que te contamos cómo prepararla de manera rápida y sencilla.

Necesitas:

-Un parquete de pasta artesanal Eustaquio natural.

-80 gramos de guanciale o tocino.

-2 yemas de huevo.

-500 gramos de queso pecorino romano.

Para prepararla, sigue estos pasos:

-Pon a hervir agua  en una olla, suficiente para que cubra la pasta, y una cucharadita de sal. Cuando hierva, añade nuestra pasta artesanal Eustaquio.

-Corta el guanciale o tocino en tiritas finas y, en una sartén antiadherente en la que después te quepa toda la pasta, saltéala a fuego medio hasta que se dore un poco. Reserva.

-Bate los huevos en un bol, ralla el queso y añádelo, y también la pimienta negra molida. Mezcla bien para que se fusione todo.

-Ahora bien, cuando los espaguetis estén listos y sigan bien calientes tras su cocción, échalos a la sartén con el guanciale o tocino (el fuego debe estar apagado) revuelve durante un minuto, y seguidamente agrega la mezcla de huevos y queso.

Remueve suavemente para que impregne bien toda la pasta. Así el propio calor de nuestra pasta artesanal Eustaquio hará que el huevo se cuaje ligeramente y el resultado quede cremoso pero no crudo.